Los países latinoamericanos tenemos una
sociedad patriarcal, en donde la ostentación del poder la ejerce en la mayoría de
los casos el sexo masculino, esto ha
venido ocurriendo desde tiempos precolombinos, pero se agudizo a raíz del
choque cultural y el mestizaje resultado
de la conquista española, la mujer paso a ser una propiedad más dentro del
hogar, destinada a las labores de procreación,
crianza, labores domésticas y de satisfacción sexual.
Para esto se crearon diversos métodos para
condicionar y someter la voluntad de la mujer misma, entre las que se incluye la ignorancia y falta de educación, la religión,
medios de comunicación como promotores de patrones culturales y sociales nocivos,
la imposición de la violencia domestica como una forma para la consolidación del
poder masculino, y otros factores más, esto lo debemos de tomar en cuenta al
momento de buscar la transformación jurídica, legislativa, social, política, económica, sexual, que son
las base necesarias de la equidad de género.
Estos antecedentes han sido unos de los
mayores obstáculos a los que se ha enfrentado la búsqueda de la equidad de género,
los papeles definidos que tienen los hombres y mujeres se han profundizado tanto en la mente de la
mayoría de los pueblos, que consciente o
inconscientemente perpetúan a través de las generaciones, este tipo de pensamientos y conductas sociales,
esto ha sido resultado de cientos de años de imposición y
sometimiento cultural, lo que ha estancado el pensamiento de nuestras sociedades.
La ignorancia y la falta de educación es uno
de los factores que en muchos pueblos y comunidades ha obstaculizado la equidad de género, no solo a nivel
legislativo, o jurídico, si no que tan solo sea contemplada al interior del
hogar, puesto que la ignorancia hace ciegos a los seres humanos, pero sobre
todo les cierra la razón, perpetuando prácticas o conductas discriminatorias, niegan
el acceso a las mujeres a las escuelas a la educación, de esta forma se truncan las oportunidades de
desarrollo intelectual, social, académico,
económico y político, entre otros.
Hay otro factor muy poderoso que ha combatido
a la equidad de género, aun cuando su retórica la utilice constantemente, hablamos
de la religión, en donde en sus preceptos ordenan a la mujer …”obedecer al varón
porque ellos son la cabeza de la familia”, eso no es todo, en
muchos estados han satanizado y proscrito a la mujer que se atreve a decir lo
que piensa, a las que desean ejercer sus derechos políticos, a quien se atreve vestir
de forma “atrevida”, incluso han presionado política e ideológicamente a través
de sus propias legislaciones para criminalizar a las mujeres que han decidido
libremente sobre su propio cuerpo, entre otros ataques a la equidad de género,
sin que en esta ocasión hablemos de la violencia de genero.
Otros actores sociales que han obstaculizado
el avance de la equidad de género son algunos medios de comunicación televisivos,
a través de programas degradantes que someten la voluntad de las personas, creando
una dependencia hacia estos programas, es el caso de las telenovelas, y
programas basura que explotan el morbo, adormeciendo
la mente de la sociedad, transmitidos en horarios en que la familia entera se reúne a comer y descansar, alejando en el
mayor de los casos a las mujeres y a la familia entera, de programas de instrucción
o educación, que promuevan el conocimiento técnico, laico, científico, y
humanista, propicio para la apertura de pensamiento y la conciencia social, tan
necesarios para que la equidad de género sea posible.
¿Pero qué hacer? ¿Confiar en la buena
voluntad de los actores que obstaculizan la equidad de género? ¿Enfrentar el feminismo
contra el machismo?, para poder contestar esa pregunta, tenemos que analizar factores
antropológicos, históricos, psicológicos, económicos, sociales, jurídicos entre
otros, pero lo más importante, es buscar la transformación del pensamiento en
cada ser humano, hombre y mujer todos por igual.
Teniendo en cuenta que;
«Todo es dual, todo
tiene polos; todo su par de opuestos; los semejantes y desemejantes son los
mismos; los opuestos son idénticos en naturaleza, difiriendo sólo en grado; los
extremos se tocan; todas las verdades, son medias verdades, todas las paradojas
pueden reconciliarse.»
Tenemos entonces que;
Para que conceptos opuestos puedan reconciliarse y alcanzar
la equidad, es necesario que hombres y mujeres trabajemos unidos bajo un solo
ideal, para esto es necesario vivir y enarbolar los principios de libertad
igualdad y fraternidad,
¿Por qué?
Porque la libertad no solo es un derecho, es
un sentimiento inherente a cada ser humano, es algo que surge de lo profundo de
la mente y del alma, que grita, que reclama dentro de nuestro interior, que lleva al oprimido a elevar su propia dignidad.
Cuando se llega a concebir la esencia de esto,
nuestro pensamiento está más apto para concebir el concepto de igualdad, cuando
nuestro propio ego se ve superado por una evolución personal, nos despierta un
sentimiento superior que hace comprender de forma sencilla que todos somos
parte de una misma familia universal,
Así se eleva el espíritu humano, concibiendo el
respeto y el amor fraternal, que nos hace dar y no solo pedir, es el puente que
hace posible que lo ideal y lo real, se
puedan unir, es lo que nos hace comprender que un día el pleno respeto a los
derechos humanos podrá existir.